El Tribunal Electoral impugnó en Brasil candidatura de Lula da Silva
La batalla aún no ha concluido pero el mazazo político es casi definitivo para las aspiraciones de Luiz Inácio Lula da Silva como candidato del Partido de los Trabajadores para los decisivos comicios generales en Brasil del 7 de octubre.
Muy alta expectación en Buenos Aires y en Madrid por el momento político, económico y social que atraviesa la gran potencia de Sudamérica. Definitivamente, Luiz Inácio Lula da Silva, que hasta ahora permanecía al frente de las diferentes encuestas, no podrá ser candidato.
De manera taxativa se ha pronunciado el Tribunal Electoral antes de que comiencen las campañas de los partidos en los canales de televisión, un escenario de enorme importancia en Brasil. Luiz Inácio Lula da Silva se inscribió el 15 de agosto como candidato en un desafío político de alto voltaje. De nuevo rompió todas las barreras. El Tribunal Electoral se ha pronunciando señalando que el expresidente, en la cárcel por corrupción desde abril, no puede ser candidato. El Tribunal Electoral sentenció (y recordó) que la ley prohíbe la candidatura de condenados en la segunda instancia como él.
El tiempo de las grandes maniobras y pulsos acabó. El expresidente podría seguir en sus desafíos hasta sus últimas consecuencias. Pero se arriesga a que el Tribunal Electoral y el Tribunal Supremo pueden declarar en octubre como nulos los votos que le hubieran apoyado. Sería un escenario de catástrofe para el Partido de los Trabajadores.
La segunda opción es dramática e incierta. Luiz Inácio Lula da Silva tendría que aceptar que su tiempo político pasó así como el de las revanchas y venganzas. Sería el momento de convertir a Fernando Haddad, exalcalde de Sao Paulo, en el nuevo líder de la izquierda. En el nuevo rostro del Partido de los Trabajadores. Para Luiz Inácio Lula da Silva es un momento personal doloroso, y de altas incógnitas para su partido y su proyecto político.
Muy alta expectación en Buenos Aires y en Madrid por el momento político, económico y social que atraviesa la gran potencia de Sudamérica. Definitivamente, Luiz Inácio Lula da Silva, que hasta ahora permanecía al frente de las diferentes encuestas, no podrá ser candidato.
De manera taxativa se ha pronunciado el Tribunal Electoral antes de que comiencen las campañas de los partidos en los canales de televisión, un escenario de enorme importancia en Brasil. Luiz Inácio Lula da Silva se inscribió el 15 de agosto como candidato en un desafío político de alto voltaje. De nuevo rompió todas las barreras. El Tribunal Electoral se ha pronunciando señalando que el expresidente, en la cárcel por corrupción desde abril, no puede ser candidato. El Tribunal Electoral sentenció (y recordó) que la ley prohíbe la candidatura de condenados en la segunda instancia como él.
El tiempo de las grandes maniobras y pulsos acabó. El expresidente podría seguir en sus desafíos hasta sus últimas consecuencias. Pero se arriesga a que el Tribunal Electoral y el Tribunal Supremo pueden declarar en octubre como nulos los votos que le hubieran apoyado. Sería un escenario de catástrofe para el Partido de los Trabajadores.
La segunda opción es dramática e incierta. Luiz Inácio Lula da Silva tendría que aceptar que su tiempo político pasó así como el de las revanchas y venganzas. Sería el momento de convertir a Fernando Haddad, exalcalde de Sao Paulo, en el nuevo líder de la izquierda. En el nuevo rostro del Partido de los Trabajadores. Para Luiz Inácio Lula da Silva es un momento personal doloroso, y de altas incógnitas para su partido y su proyecto político.
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