Torra intentó reprobar al Rey Felipe VI y declarar la independencia de Cataluña

Compartir en:
fjrigjwwe9r1_articulos:cuerpo
El debate de política general en el Parlamento de Cataluña ha visualizado por primera una fractura en las élites de Barcelona, las que han impulsado o se han dejado arrastrar por el independentismo (las etapas de Artur Mas, Carles Puigdemont y Quim Torra al frente de la Generalitat).

Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) -la izquierda populista, republicana, e independentista de Oriol Junqueras (en prisión por el levantamiento contra la ley y la Constitución)- está fragmentada en un amplio magma de radicales, independentistas, y catalanistas no independentistas.

En Junts per Catalunya (JxC), donde está integrado PDeCAT (exconvergentes) -la derecha nacionalista, independentista y euroescéptica-, hay a la vez fractura entre el ala de jacobinos, los independentistas y los catalanistas no secesionistas. JxC representa en el Parlamento de Cataluña el grupo de Carles Puigdemont (actualmente fugado a Waterloo) y Quim Torra. En el Congreso de los Diputados esta alianza está representada por PDeCAT, controlado por Carles Puigdemont.

Finalmente Candidatura de Unidad Popular (CUP), bajo la dirección de Carles Riera, está a la vez dividida entre radicales anticapitalistas y pactistas con ERC y JxC.

Estas tres fuerzas están ahora divididas en el Parlamento de Cataluña y no forman un único bloque. Esta ruptura ha cristalizado en el debate de política general en el que una de las imágenes fue el alegato, enarbolando la bandera de España, de Inés Arrimadas a favor un país de ciudadanos libres e iguales.

Este cambio que se está produciendo tuvo dos secuencias muy recientes. En el funeral por la soprano Montserrat Caballé, en la que el presidente de la Generalitat no habló con el presidente del Gobierno, un acto al que acudió la reina emérita, Doña Sofía, en representación de la Corona, todo se desarrolló en castellano. Para sorpresa del tenor Josep Carreras quien no se mordió la lengua al subrayarlo.

En el reciente almuerzo solo para socios del Círculo del Liceo, Manuel Valls presentó a fondo su plataforma paras las elecciones municipales en Barcelona haciendo una precisión muy exacta sobre la responsabilidad de las élites en su servicio a los intereses generales de gobernanza, bienestar, responsabilidad y servicio. En el fondo, es el efecto Manuel Valls, y su llegada definitiva a Barcelona, pase lo que pase, el que ha agitado todas las aguas.



Sobre los recientes acontecimientos, dos tuits muy significativos:

- "Esta bandera representa la igualdad, solidaridad y unión de 47 millones de españoles. Representa a un país de ciudadanos libres e iguales y una democracia moderna de la UE. Ni Torra ni sus comandos separatistas la harán desaparecer de Cataluña ni destruirán lo que representa", el tuit de Inés Arrimadas, líder de la oposición y presidenta de Ciudadanos en el Parlamento de Cataluña el pasado miércoles 3.

- "Hace un año hicimos historia en Cataluña. Un millón de ciudadanos unidos en las calles de Barcelona para defender nuestra democracia y frenar el golpe separatista. Nunca olvidaré aquel día en que vencieron la dignidad y la fraternidad", el tuit de Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, el domingo 7 de octubre.

Fracasó la reprobción del Rey

En este contexto general se produjo este martes 9 la pérdida de la mayoría independentista en el Parlamento de Cataluña al no contarse los votos de los cuatro diputados de Junts per Cataluña supendidos por el Tribunal Supremo.

Se rechazó por tanto una propuesta del bloque independentista (JxC, ERC y CUP) sobre la autodeterminación de Cataluña, otra sobre la reprobación del Rey Felipe VI y otra sobre la constatación de la "persecución política y existencia de presos políticos y exiliados".

Esquerra Republicana (ERC) se plantó finalmente ante Junts per Catalunya (JxC) rechazando contabilizar los votos de Carles Puigdemont, el expresidente prófugo, y de los tres diputados en prisión -Jordi Turull, Josep Rull y Jordi Sànchez-.

Junts per Catalunya y ERC sumaron 66 diputados en las últimas elecciones. Han pasado a 62. Hay que restar también el de Toni Comín (ERC), huido a Bruselas. Han pasado por lo tanto a 61 votos. Si sumaran los de la CUP, supondrían 65. Han perdido por tanto la mayoría absoluta de los 68 escaños. Ciudadanos, PSC, CeC -Catalunya en Comú, el partido de de Ada Colau y Pablo Iglesias- y PP representan 65 escaños.  Los dos bloques están ahora empatados. 

La fractura surgió en la Mesa del Parlamento de Cataluña. ERC se negó a que se contabilizaran los cuatro votos de los diputados de JxCat suspendidos por el juez Pablo Llarena. Junqueras ordenó plantarse ante Torra y Puigdemont para evitar la imputación por desobediencia del presidente del Parlamento de Cataluña, Roger Torrent.

Hay muchas cuentas pendientes entre Oriol Junqueras con Carles Puigdemont, Quim Torra y Artur Mas. Esquerra Republicana quiere disputar a Ciudadanos ser la primera fuerza de Cataluña y lograr la Alcaldía de Barcelona. Es la escena que se vislumbra en una legislatura de montaña rusa, sin gobierno efectivo, y de forcejeos, en la que Ada Colau zigzaguea en sus ambiciones personales.
 

- Lola Paredes, analista política. Pertenece a la Comunidad de blogueros de Hechos de Hoy.
Compartir en: