Theresa May logra una tercera votación sobre el Brexit al borde del precipicio

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La estrategia no tiene nada de sofisticación. Se trata de empujar a alguien hasta el precipicio para que en el último momento confiese. rectifique y se entregue. Sólo hay un problema. Los cálculos pueden fallar y al final quien empuja y quien resiste pueden caer agarrrados en su forcejeo al vacío.

El 10 de Downing Street finalmente acertó con la argumentación legal para evitar la prohibición de la tercera votación que impuso el presidente de la Cámara, John Bercow.

Pero, cuidado con los errores. Theresa May tiene de margen de maniobra hasta la medianoche de este viernes 29. Busca aplazar la salida de la Unión Europea hasta el 22 de mayo. Si fracasa, vuelve el peligro real de un Brexit salvaje el 12 de abril. O de una larga prórroga que instale al Reino Unido en un marco de incertidumbre total.



Ha sido una semana de fuerte agitación. Los diputados tomaron el miércoles de manos del Gobierno el control de la sesión abriendo un debate sobre las posibles alternativas al pacto de Theresa May para implementar el Brexit.

Los Comunes se pronunciaron sobre ocho posibles opciones, desde un Brexit sin acuerdo hasta una revocación del artículo 50 que puso en marcha el proceso de salida de la Unión Europea en 2017. En una nueva demostración del bloqueo que existe, ninguna de las alternativas logró una mayoría. 

Hasta ahora, los Comunes han rechazado en dos ocasiones con amplias mayorías el tratado acordado por Theresa May con la Unión Europea. Los miembros del Gobierno se abstuvieron en las ocho votaciones indicativas:

- La primera, un Brexit sin acuerdo, propuesta por el conservador John Baron. Esto llevaría a un divorcio brusco el 12 de abril, fecha a partir de la cual la relación entre Reino Unido y Unión Europea quedaría fijada por las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). 160 votos a favor y 400 en contra.

- La segunda, un acuerdo de libre comercio. Fue planteada por un grupo de conservadores. Sería un tratado similar al que tiene Canadá con la Unión Europea, que incluye un número limitado de sectores. Derrotada por 139 a 422.

- La tercera, lanzada por el conservador Kenneth Clarke y el laborista Hillary Benn. Apuesta por dejar a Reino Unido dentro de la unión aduanera de manera indefinida. Quedó cerca de la victoria, al perder por 264 a 272.

- La cuarta, el líder laborista Jeremy Corbyn propuso la solución mixta con el mantenimiento del país en la unión aduanera, complementado con una "fuerte relación" con el mercado común, pero sin pertenecer a éste para no tener que aceptar la libre circulación de trabajadores. Fue batida por 237 a 307 votos.

- La quinta, la entrada británica en el espacio económico europeo (donde está Noruega), lo que implica el acceso al mercado común. Su promotor es el conservador George Eustice. No salió por 65 a 377.

- La sexta, mercado común 2.0. Una alianza de conservadores y laboristas a favor de que Reino Unido siga formando parte tanto de la unión aduanera como del mercado común. Perdió por 188 a 283.

- La séptima, segundo referéndum. La laborista Margaret Beckett planteó la convocatoria de un segundo referéndum, A favor de que los británicos puedan elegir entre el pacto que salga del Parlamento y la permanencia en la Unión Europea. La diferencia fue estrecha en contra, de 268 a 295.

- La octava, revocar el artículo 50. El conservador Dominic Grieve y la nacionalista escocesa Joana Cherry llevaron la solución de revocar el artículo 50, lo que daría marcha atrás de manera inmediata al proceso de salida de la Unión Europea. No salió por 184 a 293 votos.

Finalmente, en otra votación, los Comunes aprobaron por 441 frente a 105 votos, el aplazamiento de la fecha del Brexit. Pasa del 29 de marzo al 22 de mayo, si se aprueba el pacto de Theresa May; o al 12 de abril, si no hay acuerdo.
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