Sin debate a fondo sobre Venezuela, Nicaragua y éxodo en La Antigua

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La Cumbre Iberoamericana de La Antigua, en Guatemala, pudo quedar como hito y punto de inflexión. Pero acabó solo con interés de los empresarios, esfuerzos elogiables de Rebeca Grynspan (Secretaría General Iberoamericana) y poco fuste político.

En un momento de ausencias de liderazgo regional en América Latina y de grandes desafíos como inseguridad y éxodo migratorio, la Cumbre Iberoamericana no logra encontrar el impulso y formato ambicioso con el que fue impulsada por México y España.



No hubo en La Antigua ninguna declaración ajustada o aldabonazo sobre Venezuela y Nicaragua, con brutal represión y destrucción de bienestar y convivencia. Ni tampoco un manifiesto sobre la caravana de migrantes que partió de San Pedro Sula (Honduras).

En el último momento no acudió Daniel Ortega a La Antigua, Ni tampoco el presidente de República Dominicana, ausencia no explicada. Pese a la falta de debates, soluciones, acuerdos o llamamientos, la soledad de Daniel Ortega en toda Centroamérica es patente. El presidente de Nicaragua evitó sin duda asistir a un foro que consideraba hostil.

En las ausencias destacadas, las de Mauricio Macri (Argentina) -pendiente de la organizacion del encuentro del G20)-; Sebastián Piñera (Chile) -en la cumbre de la APEC-; Iván Duque (Colombia); y Nicolás Maduro (Venezuela). Andrés Manuel López Obrador (México) y Jair Bolsonaro (Brasil) aún no han tomado posesión del cargo. La presencia de Enrique Peña Nieto y Michel Temer se convirtió en despedida política y presencia testimonial.

Felipe VI mostró su liderazgo y prestigio en este foro tras su visita a Perú junto a la Reina. Y la Secretaría General Iberoamericana, Rebeca Grynspan, tejió acuerdos en educación, cooperación cultural y justicia. Pero faltó un trabajo anterior de enjundia para haber convertido La Antigua en punto de inflexión. Pudo haber un debate más profundo sobre Venezuela y Nicaragua. Tampoco existió una agenda sorpresiva y relevante. La Antigua mostró que América Latina espera y necesita soluciones políticas. Queda abierto el debate para devolver prestigio a una cumbre bianual que en su próxima edición se trasladará a Andorra.
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