Sánchez no rompe puentes con Frankenstein y elige la jugada de Semana Santa

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El presidente del Congreso, Pedro Sánchez, comenzó una campaña exprés con una comparecencia de veinte minutos para elogiar los logros inéditos de su Gobierno, la profunda huella que deja y acusar de grave deslealtad a Partido Popular y Ciudadanos.

Solo al final de su intervención en el Palacio de La Moncloa, tras un breve Consejo de Ministros extraordinario, confirmó la fecha del 28 de abril para la celebración de elecciones generales, sin disolver de momento las Cámaras.



En su intervención, y es asunto a subrayar. no quiso desvelar su hoja de ruta de próximas alianzas, ni descartar la puesta en pie de nuevo del llamado Pacto Frankenstein. De forma sorprendente, y tras la alianza estrecha con Podemos. girando a la izquierda radical y anticapitalista, Pedro Sánchez quiso presentarse ahora como el centro puro frebte a lo que ha acuñado como "derecha trifálica" (Partido Popular, Ciudadanos y Vox).

Después de la caída de los Presupuestos Generales del Estado, el pasado miércoles, con los votos de Partido Popular y Ciudadanos y los independentistas catalanes de PDeCAT y Esquerra Republicana, ERC, la estrategia de Iván Redondo es descargar la caja de rayos y truenos contra lo que insiste como "la foto de las derechas en la plaza Colón de Madrid" (Santiago Abascal, Pablo Casado y Albert Rivera).
 
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