Puigdemont a favor de una minicumbre de Torra y Sánchez
¿El fin de la vía unilateral? Un escenario muy quebradizo y delicado que abre controversia tanto en el Gobierno de Pedro Sánchez como entre los barones, los líderes territoriales, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Tras las dudas iniciales, Pedro Sánchez busca el viernes 21 un gesto de autoridad de su Gobierno en Barcelona para demostrar que lidera la iniciativa política. A la vez pretende asentar la legislatura tras el ambiente de colapso y fuertes rumores de disolución de las Cortes en enero. Hay que recordar que el Consejo de Ministros de Sevilla para aupar a Susana Díaz acabó con su hundimiento. Es una incógnita lo que pueda suceder con el Consejo de Ministros de Barcelona.
Se abre un escenario con muchos perfiles. El expresidente prófugo, Carles Puigdemont, quiere reforzar a Quim Torra frente a la presión de Esquerra Republicana. Sobre todo después de la tormenta por poner la vía eslovena, de lucha armada con muertos y heridos, como modelo único para la independencia de Cataluña en república independiente.
De nuevo en primer plano la tensión personal entre Carles Puigdemont y Oriol Junqueras. La Generalitat aborda este encuentro como el marco formal de una negociación para la hoja de ruta secesionista.
Inicialmente La Moncloa quería solo la foto del presidente del Gobierno con su Consejo de Ministros en Barcelona. Luego se amplió el foco a una cena la víspera con la patronal catalana, Fomento del Trabajo. Y ahora se estudia, tras el Consejo de Ministros, una minicumbre formal.
Por parte del Gobierno, el presidente Pedro Sánchez; la vicepresidenta Carmen Calvo, y la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet. Por parte de la Generalitat, el presidente Quim Torra; el vicepresidente, Pere Aragonès; y la consejera de Presidencia, Elsa Artadi.
Tras las dudas iniciales, Pedro Sánchez busca el viernes 21 un gesto de autoridad de su Gobierno en Barcelona para demostrar que lidera la iniciativa política. A la vez pretende asentar la legislatura tras el ambiente de colapso y fuertes rumores de disolución de las Cortes en enero. Hay que recordar que el Consejo de Ministros de Sevilla para aupar a Susana Díaz acabó con su hundimiento. Es una incógnita lo que pueda suceder con el Consejo de Ministros de Barcelona.
Se abre un escenario con muchos perfiles. El expresidente prófugo, Carles Puigdemont, quiere reforzar a Quim Torra frente a la presión de Esquerra Republicana. Sobre todo después de la tormenta por poner la vía eslovena, de lucha armada con muertos y heridos, como modelo único para la independencia de Cataluña en república independiente.
De nuevo en primer plano la tensión personal entre Carles Puigdemont y Oriol Junqueras. La Generalitat aborda este encuentro como el marco formal de una negociación para la hoja de ruta secesionista.
Inicialmente La Moncloa quería solo la foto del presidente del Gobierno con su Consejo de Ministros en Barcelona. Luego se amplió el foco a una cena la víspera con la patronal catalana, Fomento del Trabajo. Y ahora se estudia, tras el Consejo de Ministros, una minicumbre formal.
Por parte del Gobierno, el presidente Pedro Sánchez; la vicepresidenta Carmen Calvo, y la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet. Por parte de la Generalitat, el presidente Quim Torra; el vicepresidente, Pere Aragonès; y la consejera de Presidencia, Elsa Artadi.
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