Pearl Harbor, la última lección de Obama y Abe antes de llegar Trump

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Desde la victoria de Donald Trump, Barack Obama insiste en sus mensajes al presidente electo. Pearl Harbor, sesenta y cinco años después del ataque de Japón, será un momento de especial importancia con la cumbre de la reconciliación que celebran el lunes 26 y el martes 27 el primer ministro Shinzo Abe y el presidente Barack Obama.







En Tokio, al confirmarse esta visita, sin precedentes, se señaló primero el homenaje a las víctimas como el objetivo prioritario. Recuerdo a los caídos y homenaje a su memoria que suponga un consuelo para las nuevas generaciones. Pero también el primer ministro de Japón quiere convertir esta visita de recinciliación en el marco político para destacar el valor de la alianza hoy entre Japón y Estados Unidos, enemigos y rivales en la II Guerra Mundial

Barack Obama cierra a la vez un ciclo. Se convirtio en el primer presidente de Estados Unidos en rendir homenaje a las víctimas de Hiroshima, la ciudad atacada por Estados Unidos con la primera bomba nuclar de la historia. Ahora, como presidente saliente, acompaña a Shinzo Abe en una visita cargada de significación, detalles y sentimientos a flor de piel porque han sido heridas difíciles de cicatrizar y de perdonar.

El ataque del 7 diciembre de 1941 (a las 7.48 hora local) fue brutal. En Pearl Harbor, cerca de Honolulu, en Hawái, hubo 2.400 muertos estadounidenses y casi 1.200 heridos, mujeres y niños incluidos. En un bombardeo indiscrimado de dos horas, la flota de Estados Unidos del Pacífico quedó herida de muerte. Las fuerzas norteamericanas perdieron además 188 aviones.

De la guerra y la reconciliación, a un futuro incierto. Shinzo Abe lo sabe muy bien porque es el primer en haber escuchado sus planes a Donald Trump en la Trump Tower de Nueva York y haber tomado nota de que su hija Ivanka llevará parte de las riendas de la Casa Blanca.

Donald Trump no ha evitado trazar un escenario de tintas gruesas. Quiere hacer pagar a Japón el coste de su defensa. Abandona a la vez el TPP, la alianza de libre comercio.

Shinzo Abe contempla con cautela los escenarios. La República Popular de China recibió con irritación la llamada de Donald Trump a Taiwán (la República de China). La nueva hoja de ruta entre Washington y Pekín es incierta. Corea del Sur atraviera un momento político incierto. Su presidenta, la conservadora Park Geun-hye, ha puesto su cargo a disposición del Parlamento.

Japón desea estabilidad y progreso en Asia Pacífico. La historia sólo dejó el camino de los valores de la lealtad, la solidaridad y el bienestar compartido. Es la última lección de Shinzo Abe y Barack Obama. Fuera del sentido común y el respeto, sólo quedan las agunas negras por las que navegan los estúpidos.
 

- Ver también, John Kerry comprende la ansiedad ante Donald Trump en la Casa Blanca (Hechos de Hoy)

 
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