Pablo Casado se planta ante el acoso de Vox al Partido Popular

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La encuesta del nativo digital El Español es concluyente. Según el estudio de SocioMétrica, un 59,9% de los votos de Vox vienen del Partido Popular (PP); un 15,6%, de Ciudadanos; un 6,8% del Partido Socialista Obrero Español (PSOE); y un 2,7%, de Podemos.

Un 7,8% de sus nuevos apoyos proviene de la abstención y un 1,1% de quienes fueron menores en 2016 y no pudieron votar. El sondeo es demoledor. Vox, el partido de ultraderecha, no ha sido capaz de crear votantes.  



Si Ciudadanos ha logrado frenar este desplazamiento de votos, el Partido Popular no lo ha logrado. Es ya una situación de alarma extrema de Pablo Casado porque Vox está inmerso en una gran operación de acoso y derribo del presidente del Partido Popular y de auténtica OPA política a la derecha. 

En el plató de Espejo público, Pablo Casado habló a tumba abierta de esta cuestión crucial ante Susanna Griso.

Criticó abiertamente a Vox por su campaña silenciosa y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por no aceptar un cara a cara con él. "Vox habla de llevar armas por la calle y Pedro Sánchez habla de Franco.Yo quiero hablar de empleo y de pensiones", subrayó.

"Sólo hay dos posibles alternativas de gobierno y dos posible presidentes del Gobierno: o Sánchez o yo", destacó. Pidió a los votantes de los municipios más pequeños que no dividan su voto.

"Si a gente piensa que votando a Vox o a Ciudadanos garantiza que luego esos escaños sumen con el Partido Popular que sepan que la ley en España es proporcional, no mayoritaria".

Para las próximas elecciones generales el Partido Popular llega con un 80% de renovación en el partido. Figuras como Fernando Martínez Maillo o Carlos Floriano forman parte de lo que muchos denominan una "purga". "Nadie ha integrado más que yo. En el Partido Popular caben todos", aseveró.

Pablo Casado sabe que es un momento especialmente delicado. Y está constatando que Vox, el partido de la ultraderacha, no actuó en Andalucía pensando en los intereses generales sino sólo en lograr un primer plano para ejecutar una venganza política.