Pablo Casado bajo la misma tormenta que sacude a Cristina Cifuentes

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Es obvio que se vive un tsunami en el Partido Popular de Madrid. A sectores del partido les indigna la auténtica cacería política sobre la figura de Cristina Cifuentes, sabiendo que todos han disparado (incluso fuego amigo). Y duele más aún que esta cacería se quiera extender sobre la figura de Pablo Casado.

"Desmiento tajantemente la noticia de @elpais_espana. Tengo toda la documentación que avala mi Master en Derecho Autonómico y Local en la @urjc en 2008 en base al plan de estudios antiguo del RD2005 de adaptación de cursos de doctorado al Plan Bolonia. Esta es mi intranet hoy", el rápido tuit de Pablo Casado en respuesta a la información publicada por el Legacy Media El País. en su edición online al caer la tarde del lunes 9.

Hay cuatro asuntos en esta monumental tormenta política:

1. Pedro Sánchez atizó una dura campaña contra Cristina Cifuentes ignorando la ligereza con que actuaron destacadas figuras del PSOE (que es el suyo y no el "de otros") sobre su CV con estudios que no existieron. Twitter ardió recordándole al secretario general del PSOE los nombres de Leyre PajínGregorio RojoCelestino CorbachoJosé MontillaElena ValencianoPaxti LópezTrinidad JiménezBernat Soria, Pepe BlancoJosé Luis Corcuera y Javier Rojo.

2. El futuro de Madrid (alcaldía y comunidad) es clave en las elecciones municipales y autonómicas de 2019. Se ha adelantado la batalla general de PSOE y Podemos contra Ciudadanos y Partido Popular. Comunidad de Madrid no es, con todos los respetos, un caso Región Murcia bis. Si cae Cristina Cifuentes (por decisión propia), podría intentar dirigir su sucesión a corto plazo con Ángel Garrido o Pedro Rollán. Pero seguramente (y es lo relevante de esta tempestad) ya no influirá en las decisivas listas de 2019. Soraya Saenz de Santamaría para la Comunidad y Ana Pastor para la Alcaldía figuran con fuerza en las quinielas políticas.

3. Más allá de la guerra de cuchillos entre partidos, fuego amigo, operaciónes mediáticas y venganzas personales (que de todo hay en la crisis del Mastergate), está la realidad de abiertas tensiones en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), creada en la Comunidad de Madrid durante la presidencia de Alberto Ruiz-Gallardón.

4. Una universidad pública solo debería buscar la excelencia. Los chanchullos y corruptelas, así como la abierta corrupción, son inadmisibles también, y de forma total, en el ámbito educativo. Última, y no por ello menos importante, lección amarga y urgente de esta crisis de falta general de ejemplaridad.
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