Moqtada Sadr frente a Haider al Abadi en primeros datos de Irak

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Atención de la Unión Europea, y de Irán, a los primerosa comicios en Irak tras la derrota de Estado Islámico (ISIS) y el peligro de partición del país. Estados Unidos, tras la ruptura con Irán, ya no está implicado de manera decisiva en las estrategias políticas a corto plazo en Irak. Sin  embargo para la Unión Europea, e igualmente para la OTAN, la reconstrucción política de Irak y el clima de convivencia entre chiíes y suníes, es el hito que se pretende. 



En el primer recuento electoral, las dos listas antisistema ocupaban las primeras posiciones en los resultados parciales de las elecciones legislativas.

La inédita alianza del jefe religioso chií Moqtada Sadr y de los comunistas que presentó un programa anticorrupción, Sairun (Marchemos), lidera los resultados en seis de las 18 provincias y marcha en segunda posición en otras cuatro.



La Alianza de la Conquista, Fath (Conquista), lista de excombatientes de las Fuerzas de Movilización Popular (Organización Badr), cuya acción fue clave en la lucha contra Estado Islámico (IS), lidera el escrutinio en cuatro provincias. La lista, que incluye a muchos responsables próximos a Irán, en segunda posición en otras ocho provincias.

Haider Al Abadi, primero en la provincia de Nínive, cuya capital es Mosul. Por el momento los resultados no contemplan los votos de casi 700.000 miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes ni los de los iraquíes que residen en el extranjero, casi un millón.

El clérigo chií iraquí Muqtada al Sadr fue quien se levantó en armas contra la invasión de Estados Unidos. Su lista ha sido la más votada en cuatro provincias, incluida Bagdad, con mucha distancia sobre la lista encabezada por el primer ministro, Haidar al Abadi, que quedó quinta en la capital, según los resultados anunciados por la comisión electoral.

La coalición de Al Sadr, Sairun (Marchemos), obtuvo 413.638 votos. En Bagdad, con un 95 % del escrutinio de votos completado, la coalición de Al Sadr obtuvo 413.638 votos, casi el doble que el resto de listas.

Los partidarios del clérigo chií acuden en coalición con el Partido Comunista, con el que Al Sadr colaboró en los últimos dos años en la organización de protestas contra la corrupción, que llegaron a poner en un brete al gobierno de Al Abadi en 2016.

En segundo lugar en la capital quedó la lista Fath (Conquista) liderada por Hadi al Amiri, líder de la Organización Badr. La milicia chií apoyada por Irán que ha participó en la guerra contra los yihadistas, logró 233.298 papeletas.

La coalición Al Nasr (La Victoria) de Al Abadi recibió 194.797 votos en Bagdad, que es la mayor circunscripción electoral del país con 69 de los 329 escaños del Parlamento.

La comisión electoral anunció el resultado de diez de las 18 provincias del país, de las cuales el grupo de Al Sadr se impuso en cuatro y la coalición de Al Amiri, en otras cuatro, entre ellas Basora, la segunda mayor ciudad del país y otras zonas populosas en el sur.

En un primer balance, hay que subrayar que el grupo de Al Abadi, que se presenta a la reelección, sufrió las consecuencias del desgaste y las heridas políticas de la guerra. Un fuerte varapalo a medidas difíciles y duras. No se impuso en ninguna de las diez provincias anunciadas.

La participación fue históricamente baja, del 44,52 %, a falta de conocer los datos del 8 % del censo, 15 puntos por debajo de los datos de hace cuatro años. 
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