Trump en el búnker de la Casa Blanca durante las protestas en Washington. (Foto: MSNBC)

40 millones con subsidios, Trump protegido en el búnker y las cartas de Xi con la soja

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#WashingtonMonument, relato inédito en las redes sociales. Después de una noche de saqueos e incendios en la capital de Estados Unidos, en protestas por la violencia policial, la alcaldesa Muriel Bowser anunció un toque de queda. Activada la Guardia Nacional para evitar nuevas revueltas.



La alcaldesa informó que el toque de queda regirá en todo Washington a partir de las 11 de la noche (03.00 GMT) y hasta las 6 de la mañana (10.00 GMT). Anunció que ha movilizado a la Guardia Nacional del Distrito de Columbia para que apoyen a la Policía Metropolitana en el control de las manifestaciones que se han producido en los últimos días y que derivaron en saqueos, vandalismo e incendios.

Los focos en el episodio del #BunkerTrump. La policía dispersó con gases lacrimógenos las protestas que, saltándose el toque de queda, habían llegado a las puertas de la Casa Blanca. El Servicio Secreto refugió al presidente Donald Trump en el búnker de la Casa Blanca.



El presidente pasó casi una hora en el búnker. La decisión del Servicio Secreto que protege a POTUS (President Of The United States) mostró el ambiente de ansiedad que se vivía desde dentro de la Casa Blanca al escuchar la ira de los manifestantes en el Parque Lafayette. Se vivió en la Casa Blanca el momento más dramático desde los ataques del 11 de septiembre de 2001.

“La Casa Blanca no hará comentarios sobre decisiones y protocolos de seguridad”, declaró el portavoz de la Casa Blanca, Judd Deere. The New York Times fue el primer medio en adelantar el traslado del presidente al búnker.



Sin duda se asiste a los mayores disturbios vividos en Estados Unidos desde el asesinato de Martin Luther King. En al menos 39 ciudades y condados de Estados Unidos, incluyendo a la propia Washington y a la segunda y tercera mayor ciudades del país, Los Ángeles y Chicago, hay toque de queda a partir de las nueve de la noche. En al menos 12 estados se ha autorizado el despliegue de la Guardia Nacional. La 82 División Aerotransportada está acuartelada en su base de Fort Bragg, en Carolina del Norte, por si fuera necesario enviarla a alguna ciudad.

"NOVEMBER 3RD", el escueto hilo del presidente en Twitter.

La gran cuestión, tras la protesta por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco, y el dramático impacto del coronavirus en el país, la terrible enfermedad de la COVID-19, se centra en el futuro inmediato. ¿Que sucederá en el intento de Donald Trump de revalidar su mandato frente a Joe Biden?

Nada queda del escenario dibujado por Donald Trump para barrer a su adversario. 40 millones de personas se han apuntado a los subsidios del desempleo. El PIB de Estados Unidos se desplomará más de un 30% en el segundo trimestre. Estados Unidos volvió, de forma abrupta y dramática, a los peores momentos de la Gran Depresión del siglo XX.

Inicialmente, tras la errática gestión del presidente en la COVID-19, intervino a su favor la insólita voluntad de recuperación de Wall Street, el apoyo del Congreso, y la misión decidida de la Reserva Federal (la Fed). Pero todo está cambiando ahora de nuevo. Además, de forma muy pronunciada, y quizás de manera irreversible.

La movilización de la parte más a la izquierda del país, caracterizado por una gran abstención en los procesos electorales, amenaza el proyecto de Donad Trump de un segundo mandato. China además no le va a ayudar. Xi Jinping ha decidido suspender importaciones agrícolas de Estados Unidos de gran importancia como la soja y la carne de cerdo.

Wall Street comienza a observar, con el corazón en un puño, el derrumbe del mandato presidencial. Todo puede suceder. El propio presidente podría renunciar a su reelección y dejar abierta la candidatura al Partido Republicano. O luchar de forma aún más radical frente al Partido Demócrata.

En juego ya no está solo la elección presidencial en Estados Unidos. 2020, el año de la pandema del coronavirus (una terrible plaga como las vividas en la Antigüedad), marcará el rango de primera potencia en el siglo XXI para Estados Unidos o para China. De forma abierta, ese es el dilema.
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