Las explicaciones de Jon Kortajarena en el lío de la tortilla de patata. (Foto: Instagram/Jon Kortajarena))

Jon Kortajarena, obligado a disculparse de sus críticas a Glovo

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La crisis de la tortilla de patatas para Jon Kortajarena, un episodio que ilustra sobre las nuevas secuencias y hábitos de vida, y del poder del marketing en la digitalización.



En primer lugar, la proyección de las redes sociales (especialmente Twitter, Facebook, Instagram y Linkedin).

En segundo lugar, la importancia de los vídeos en las stories de Instagram.

En tercer kugar, el concepto de empresas unicornio. Las compañías que consiguen un valor superior a los 1.000 millones de dólares en su etapa inicial.

Y en cuarto lugar, los nuevos ganadores. Entre ellos están Netflix y la empresa Glovo, la  start-up fundada en Barcelona

Glovo es un éxito del ecosistema emprendedor de Barcelona. La primera empresa unicornio nacida en la ciudad, Una iniciativa de Óscar Pierre y Sacha Michaud. 

Glovo es una de las plataformas que ha revolucionado el sector del delivery . La start-up desarrolla una aplicación que pone en contacto a consumidores con tiendas y restaurantes. A diferencia de las empresas tradicionales, ofrece el reparto de los pedidos a través de una red de repartidores autónomos, conocidos como riders. Se ha expandido y crecido bajo el confinamiento.

La crisis de la tortilla de patatas muestra también, en el caso de Jon Kortajarena, los riesgos, y el precio que tienen que pagar, las personalidades públicas (el mundo del press preople) cuando transmiten su vida a través de las redes sociales.

Jon denunció el trato recibido por Glovo, que se demoró más de dos horas en su pedido. Publicó su malestar en Instagram e incluso adjuntó pantallazos de la conversación con el servicio de atención del cliente.

- "Lo de Glovo es una vergüenza, si no podéis dar un servicio no lo deis", escribió el modelo y actor al señálar que llevaba dos horas esperando que le trajera una tortilla de patatas.

Glovo le comunicó que estaban localizando un repartidor para llevarla el pedido lo antes posible, Jon decidió entonces cancelar el pedido. Desde la empresa le anunciaron que se anularía sin costo.

- "Solo faltaba que me cobréis una tortilla cuando he estado esperando dos horas y nunca ha llegado", escribió Jon añadiendo que que "ojalá algún día tenga usted ganas de tortilla y jueguen con sus sentimientos".

Lo que no esperaba Jon fue el aluvión de mensajes en Twitter llenos de recriminaciones. Le acusaron de no tener valores y de quejarse por cosas intrascendentes en un momento delicado con la pandemia. Le invitaron además a que se hiciera él mismo la tortilla en su casa con sus propias manos. Jon no tuvo más remedios que explicar en un vídeo en su stories de Instagram por qué se produjo la queja y el momento especial de su vida.

La intimidad de Jon y sus explicaciones

- Contó que había estado tres meses en Los Ángeles y que decidió volver rápidamente a España cuando a su madre le diagnosticaron positivo en la COVID-19. Dijo que logró un vuelo de Los Ángeles a Londres, y de Londres a Madrid, para luego coger un coche y conducir hasta Bilbao. En todo ese tiempo en el avión, y también en la terminal con los servicios cerrados, apenas comió nada. Cuando llegó a casa, a las doce de la noche, explicó que tenía mucha hambre por lo que decidió pedir comida. "En mi casa no había nada después de estar tres meses fuera".

- "Me dijeron que tardarían 20 minutos y tras dos horas no había llegado nada. Por eso decidí quejarme aunque algunos lo vieron como algo caprichoso y me echaron en cara que no era el momento".

- "En ningún momento me estaba metiendo con los empleados que llevan la comida, sino con la empresa en sí. Desde luego pido disculpas a quien se haya podido sentir ofendido, no me importa dar la cara y hacerlo si he hecho daño a alguien".

- "Entiendo el trabajo tan grande que está haciendo estos días los trabajadores de estas empresas. Creo que hay veces que quieres decir las cosas de una forma, pero luego se interpreta de oro. Yo lo decía casi desde un punto de humor, al tratarse de una tortilla de patatas, pero entiendo que no sonara así, así que es importante pedir disculpas".

-  "Hoy iré al supermercado por patatas y huevos y me haré yo la tortilla".

Todo un cúmulo de lecciones interesantes en esta crisis que está transformando nuestras vidas, el modo de relacionarnos, y la obligación (empresas y particulares) de rendir cuentas. Más que nunca, los nuevos tiempos del marketing.
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