Xi Jinping y Wang Qishan, todo el poder frente a la gestión colectiva en China

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Francisco sigue con atención el momento político en la República Popular China. El sueño del Papa en Ciudad del Vaticano se mantiene con fuerza. Desea culminar sus viajes a Asia con una histórica visita a Pekín. Fuentes vaticanas aseguran que, con el reforzamiento pleno de Xi Jinping, esta hipótesis es real y avanza.



El Partido Comunista chino (PCC) va a poner fin al límite de dos mandatos presidenciales. Se abre así la vía a que Xi Jinping proyecte aún más su liderazgo. El Comité Central quiere eliminar de la Constitución que un presidente "no puede ejercer más de dos mandatos consecutivos" de cinco años.

Xi es presidente desde 2013 y en teoría debería abandonar sus funciones en 2023. El Comité Central del PCC también propuso incluir "el pensamiento de Xi Jinping" en la Constitución.

Estas propuestas figurarán en la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP) que empieza el 5 de marzo. En octubre pasado, durante el XIX congreso del PCC, Xi Jinping logró que se incluyera en el estatuto del partido su "pensamiento sobre el socialismo de estilo chino de la nueva era", honor que hasta ahora sólo había recibido en vida Mao Zedong, fundador del régimen comunista en 1949.

Desde su llegada al frente del partido, en 2012, Xi Jinping concentra todos los poderes como ningún otro líder chino había hecho en los últimos 25 años. También puso en marcha una intensa lucha contra la corrupción que llevó a imponer sanciones a más de un millón de personas, aunque algunos la consideran como una manera de deshacerse de sus enemigos.

El anuncio de este domingo confirma los planes de Xi. Pretendía, y ya lo logró, continuar en el cargo mucho más allá de lo que le permitía el sistema. Ha acabado además con el régimen de gestión consensuada entre los siete miembros del Comité Permanente, el órgano de poder más alto del PCC.

En el ambiente político en Pekín, y en opinión de los analistas, Xi quiere nombrar vicepresidente a su hombre de confianza, Wang Qishan, de más le 68 años, con una capacidad de gestión política y económica muy alta.  Xi está ahora al frente de los tres pilares: Partido, Estado y Comisión Militar Central.

Ha apostado además por un fuerte liderazgo internacional como defensor de la globalización económica, la lucha contra el cambio climático y la alternativa ante las tendencias aislacionistas de Estados Unidos con Donald Trump.

En el plano interno, es un puño de hierro sobre la sociedad civil. Pero podría sorprender en sus gestos e in iciativas. Es el espacio estratégico por el que el Papa quiere avanzar.
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