Jair Bolsonaro abre la mayor brecha en Brasil sobre Fernando Haddad

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Jair Bolsonaro, el fenómeno 17 (su papeleta electoral) avanza con fuerza en los sondeos. Ya no se trata de una sensación política sino de un profundo cambio, un enorme vuelco. Fernando Haddad no ha logrado calar aún con ninguno de sus mensajes. El tiempo se le agota. Está a menos de dos semanas de la segunda vuelta del domingo 28 de octubre.



La nueva encuesta de Datafolha otorgó a Bolsonaro el 49% de la intención directa de voto frente al 36% de Haddad. Según este sondeo, el candidato del Partido Social Liberal, que obtuvo el 46%, ha crecido situándose en un 49%. El candidato del Partido de los Trabajadores, del 29% pasó al 36%. Ha subido siete puntos pero no ha logrado capitalizar el rechazo y recelo al fenómeno Bolsonaro 17, un movimiento en Brasil similar al Partido Democrático Filipino-Poder Popular de Rodrigo Duterte en Filipinas.

Haddad no ha logrado suscitar el debate entre un candidato de izquierda y progresista como él frente a un candidato de extrema derecha como Bolsonaro. Hay que subrayar la importancia en Brasil del crimen organizado y el narcotráfico, con sus propias milicias y sus unidades de sicarios. Y la fuerza con la que ha calado en el electorado el rechazo profundo a la corrupción política, el desgobierno y una violencia atroz en diferentes distritos que ha obligado por ejemplo a cambiar los hábitos de vida en una metrópoli tan compleja como Sao Paulo.

Para Bolsonaro, moverse al espacio del centro solo ha supuesto su pleno apoyo a la Constitución de Brasil. Y nada más. Aunque ha moderado, o limitado, sus mensajes más negativos y amenazadores. Por decirlo de manera más pedagógica, no ha querdo convertirse en un Trump tropical.



Para Haddad, su posicionamiento es más complejo. Ha comenzado un viaje al centro que supone despegarse lentamente de su marca, el Partido de los Trabajadores. Se ha comenzado a alejar de Luiz Inácio Lula da Silva, un freno más que un respaldo en una campaña de fuerte polarización. En su nueva estrategia, la imagen del expresidente desapareció.



En la encuesta del Instituto Ibope, las tendencias están aún más marcadas. Bolsonaro se situa con el 52% frente al 37% de Haddad. Hay además una tendencia más fuerte e importante.  Un 47% del electorado rechaza a Haddad y un 35% lo hace con Bolsonaro.

La campaña de esta segunda vuelta se desarrolla en un marco muy especial. Bolsonaro, tras haber sido apuñalado, insiste en que el tono de sus acciones tiene que ser tranquilo. Evita los debates, mitines multitudinarios y caravanas electorales, y crece. Haddad, con una actividad frenética, cae por su parte a medida que amplia sus acciones.

La campaña está girando hacia un apoyo de un 59% a Bolsonaro frente a un 41% a Haddad. El candidato de la coalición Brasil Feliz de Nuevo no arranca porque no supera el sentimiento muy marcado de antipetismo, de rechazo a la gestión del Partido de los Trabajadores y de sus líderes.

Frente a Haddad en Sao Paulo sin banderas del PT y tampoco imágenes de Luiz Inácio Lula da Silva, en Rio de Janeiro el candidato Bolsonaro se dirigió a la sede del Batallón de Operaciones de Especiales (Bope), especializado en el combate al narcotráfico. "Pronto vamos a ver uno de los nuestros en Brasilia", avanzó.



En Minas Gerais y Sao Paulo, dos estados que son distritos de gran importancia, Bolsonaro crece de forma nítida. 

La campaña para la segunda vuelta se ha colocado así en una dinámica peligrosa a la que prestan atención los analistas. Si de repente las tendencias cambiaran de forma abrupta, y fallaran estrépitosamente las encuestas, podría producirse una sensación de fraude. Es el escenario inquietante. Nada se puede descartar.

¿Qué significaría la llegada de la extrema derecha a Brasilia y el desembarco de exgenerales? En Buenos Aires, con Mauricio Macri en sus horas más bajas desde la llegada a la Casa Rosada, las elecciones en Brasil son a la vez motivo de esperanza y preocupación. Las paradojas de un sismo político en el país coloso de Sudamérica.
 
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