Inés Arrimadas, seria llamada a la moderación y la responsabilidad

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Las elecciones autonómicas de Andalucía fueron contundentes. Reflejaron el hundimiento del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el final de la carrera política de Susana Díaz.



Si Susana Díaz es derrotada de nuevo en el debate de investidura, pocas dudas hay sobre el deseo de Pedro Sánchez de intervenir contra quien ha sido (y es) la gran rival del pedrismo. Pero todo puede aún cambiar. La Moncloa humilló y ensalzó a Susana Diaz, la rehabilitó, y ahora, en esa montaña rusa de sensaciones, asiste con desconcierto al peligroso juego de mus en Sevilla.

Inés Arrimadas, figura central en Ciudadanos, ha sido muy tajante en esclarecer el actual ruido político.

Ha recalcado que Ciudadanos sólo ha querido negociar con el Partido Popular para gobernar Andalucía. Y ha recordado que Ciudadanos podía haber invitado a otras fuerzas políticas y no ha querido hacerlo. Ha acusado además al PSOE, y es una afirmación esclarecedora, de "estar rabiosos” y dar todo el protagonismo a Vox".



Inés Arrimadas ha insistido en que a Ciudadanos le gustan los gobiernos con fuerzas constitucionalistas y moderadas. Y ha destacado además que "si el PSOE fuera responsable y aceptara que Andalucía no es su cortijo, con una abstención podía salir adelante el nuevo gobierno”.

El escenario es bien claro en Sevilla. Partido Popular (derecha) y Ciudadanos (centro liberal) han negociado y firmado un amplio programa de gobierno, ambicioso y sensato, para el cambio político y los intereses generales en Andalucía. Vox (extrema derecha) tiene la opción de apoyar esta investidura como muestra de que emerge como partido constructivo y no destructivo. En manos de Santiago Abascal está la rectificación (a insultos, imposiciones y amenazas) o provocar nuevas elecciones en Andalucía. Lo que suceda será un retrato de la España que viene en 2019.
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