Hyundai pisa el acelerador con el coche de hidrógeno en masa

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El coche tradicional tiene los días contados. Las grandes ciudades comienzan a restringir su acceso a ellas por la contaminación que producen. Además, el encarecimiento del combustible diésel al que se enfrentan los conductores está provocando que las ventas de estos vehículos disminuyan.

Según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, en el mes de octubre las ventas de vehículos diésel solo supusieron el 32,8% de las ventas totales, nueve puntos menos que en el mes de enero (41,8%). 

Todas las miradas apuntan hacia los coches eléctricos pero su adquisición requiere, actualmente, una elevada inversión, no gozan de la autonomía que los usuarios demandan y no existe una infraestructura adecuada de cargas a día de hoy.

En el salón del Automóvil de París, el Dr. Woong-Chul Yang, vicepresidente de Hyundai, apuntaba hacia el hidrógeno como la verdadera solución a largo plazo. "La energía de hidrógeno es la clave para construir una sociedad más sostenible", explicó. 

Precisamente Hyundai revolucionó  la feria automovilística con NEXO, el último modelo que la compañía ha lanzado al mercado. 666 kilómetros de autonomía y un tiempo de carga de cinco minutos es lo que ofrece este vehículo, a un precio de 69.000 euros. Le avala la experiencia de su predecesor, el ix35, lanzado en 2013 siendo el primer vehículo de hidrógeno producido en masa.

Los coches de hidrógeno se basan en la reacción química que se produce por el contacto entre el oxígeno que se capta del exterior, por unas rejillas, y el hidrógeno a alta presión almacenado en los depósitos del vehículo. Ese proceso se realiza en la llamada “célula de combustible”. 

El resultado es la generación de electricidad. Lo que mueve el vehículo es, finalmente, un motor eléctrico, pero la energía se obtiene gracias al hidrógeno y el oxígeno. La gran ventaja es que no se producen emisiones de gases contaminantes ni de partículas nocivas. 

El único residuo es el agua pura que expulsa el vehículo. El hidrógeno no exige baterías eléctricas tan voluminosas como los coches totalmente eléctricos, y el llenado de los tanques lleva sólo entre tres y cinco minutos.
 
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