Fulminante orden del juez Sérgio Moro contra Luiz Inácio Lula da Silva
Fulminante entrada en acción del juez Sérgio Moro para la detención e ingreso en prisión del expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Horas emocionantes en su despedida en Sao Paulo y en la sede del Sindicato de Metalúrgicos de la ciudad de Sao Bernardo do Campo.
Sérgio Moro no ha concedido tregua, actuando de inmediato tras el fallo del Supremo Tribunal Federal (STF). El juez intervino tras ser rechazado el último recurso de Lula da Silva, condenado a 12 años por corrupción. El juez le concedió, "por la dignidad del cargo que ocupó" según quiso subrayar, la oportunidad de entregarse él mismo a la justicia.
Al margen de las cuestiones judiciales, el ingreso en prisión de Lula da Silva supone una conmoción en la campaña de unas elecciones claves para Brasil. Y abre las incógnitas sobre su rol e influencia desde la cárcel. Una situación seguida de forma muy cuidadosa desde Buenos Aires. Mauricio Macri considera muy importante para Argentina el asentamiento de un clima de estabilidad institucional en Brasil.
Si Lula da Silva queda fuera definitivamente de la carrera electoral al Palacio de Planalto -y todo así lo indica- van a comenzar las especualciones sobre las figuras que pueden afianzarse en la izquierda y el centro izquierda. En el nuevo escenario, los nombres del exalcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad; el exgobernador de Bahía, Jaques Wagner; Ciro Gomes, exministro de Lula da Silva y líder del Partido Democrático Laborista; y Marina Silva.
Temor a la vez a la figura de Jair Messias Bolsonaro, militar y político de extrema derecha., del Partido Social Cristiano, diputado federal desde 1991 por Río de Janeiro. Pese a estar en un segundo plano, es una figura muy emergente, con grandes apoyos en mandos militares. El Ejército, y es la novedad de esta crisis, está muy presente en los nuevos acontecimientos en Brasil.
En la escena de la derecha y el centro derecha, aparecen las figuras de Geraldo Alckmin, gobernador de Sao Paulo; el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles; el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia; y el propio presidente, Michel Temer.
Es un profundo, e incierto, vuelco político en Brasil, El juez del Lava Jato, Sérgio Moro, ha cambiado los datos de una escena política que queda ahora abierta sin el liderazgo de Lula da Silva. Muchas incógnitas se abren con fuerza ante los próximos meses en Brasil.
Sérgio Moro no ha concedido tregua, actuando de inmediato tras el fallo del Supremo Tribunal Federal (STF). El juez intervino tras ser rechazado el último recurso de Lula da Silva, condenado a 12 años por corrupción. El juez le concedió, "por la dignidad del cargo que ocupó" según quiso subrayar, la oportunidad de entregarse él mismo a la justicia.
Al margen de las cuestiones judiciales, el ingreso en prisión de Lula da Silva supone una conmoción en la campaña de unas elecciones claves para Brasil. Y abre las incógnitas sobre su rol e influencia desde la cárcel. Una situación seguida de forma muy cuidadosa desde Buenos Aires. Mauricio Macri considera muy importante para Argentina el asentamiento de un clima de estabilidad institucional en Brasil.
Si Lula da Silva queda fuera definitivamente de la carrera electoral al Palacio de Planalto -y todo así lo indica- van a comenzar las especualciones sobre las figuras que pueden afianzarse en la izquierda y el centro izquierda. En el nuevo escenario, los nombres del exalcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad; el exgobernador de Bahía, Jaques Wagner; Ciro Gomes, exministro de Lula da Silva y líder del Partido Democrático Laborista; y Marina Silva.
Temor a la vez a la figura de Jair Messias Bolsonaro, militar y político de extrema derecha., del Partido Social Cristiano, diputado federal desde 1991 por Río de Janeiro. Pese a estar en un segundo plano, es una figura muy emergente, con grandes apoyos en mandos militares. El Ejército, y es la novedad de esta crisis, está muy presente en los nuevos acontecimientos en Brasil.
En la escena de la derecha y el centro derecha, aparecen las figuras de Geraldo Alckmin, gobernador de Sao Paulo; el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles; el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia; y el propio presidente, Michel Temer.
Es un profundo, e incierto, vuelco político en Brasil, El juez del Lava Jato, Sérgio Moro, ha cambiado los datos de una escena política que queda ahora abierta sin el liderazgo de Lula da Silva. Muchas incógnitas se abren con fuerza ante los próximos meses en Brasil.
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