Enrique Peña Nieto no aceptó la llamada a grito limpio de Donald Trump

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Los Pinos ofreció al Legacy Media The Washington Post los detalles de lo que sucedió. Donald Trump llamó desde la Casa Blanca a Enrique Peña Nieto y acabó a grito limpio. El presidente de México se niega en rotundo a la humillación de que su país construya un muro en la frontera y asuma además los gastos.

El viaje estaba previsto para comienzos del mes de marzo. El presidente de México había indicado que esperaba un encuentro exitoso sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) (North American Free Trade Agreement, NAFTA). Lo considera esencial en la relación de México, Estados Unidos y Canadá.

Pero en Los Pinos fue una sorpresa no agradable constatar la llamada de Donald Trump para exigir que el único tema del encuentro fuera la construcción de un muro en la frontera exigiendo además que era imprescindinle en este viaje la firma de un acuerdo.

Una fuente oficial de México dijo textualmente a The Washington Post que Donald Trump "perdió los estribos".

Según The Washington Post la conversación entre los presidentes de México y de Estados Unidos abordó el muro fronterizo que Donald Trump insiste en construir en la frontera común. La controversia creció y se volvió en una auténtica discusión a golpe de teléfono. Funcionarios de Los Pinos y la Casa Blanca lo confirmaron. 

“Ambos países acordaron suspender el plan después de que Trump no aceptó afirmar públicamente la posición de México de que no financiaría la construcción de un muro fronterizo que los mexicanos consideran ampliamente ofensivo", se señaló por ambas partes.

En lo que se calificó como "una llamada irritante”, dedicaron prácticamente los 50 minutos a la controversia del muro de la frontera. Ninguno cedió.

Un funcionario de México dijo a The Washington Post que Donald Trump "perdió los estribos". En la Casa Blanca se describió el momento como una frustración y exasperación para Donald Trump.

Por ambas partes se reconoció por un lado la decisión de Enrique Peña Nieto de evitar una nueva humillación pública y por otra, la falta de voluntad de Donald Trump de ceder. Se optó así por la cancelación del viaje.

“Con México en camino hacia las elecciones presidenciales de julio, cualquier acción de Peña Nieto que pueda verse como una reverencia a Trump o abatirse bajo la presión de Estados Unidos podría dañar las perspectivas del Partido Revolucionario Institucional”, apuntó The Washington Post. En los círculos políticos de Ciudad de México se tiene la misma percepción.
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