El precio hace que los consumidores no opten más por productos ecológicos. (Foto: Envato)

La cesta de la compra ecológica se dispara por encima de la convencional

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El precio, o mejor dicho: el elevado precio, es una de las principales barreras para que los consumidores opten por productos ecológicos a la hora de comprar en el supermercado.

Un freno al que la Asociación de usuarios financieros (ASUFIN) ha puesto cifras. Según el estudio El verdadero coste del consumo sostenible, en el que la asociación ha comparado más de un centenar de productos ecológicos con sus equivalentes no ecológicos en seis grandes cadenas de distribución, la cesta de la compra sostenible es de media un 98,9% más cara que la que no lo es. Casi el doble.

El precio medio de la cesta ecológica asciende a 280,82 euros, frente a los 141,17 euros de la cesta convencional. Por categorías, las mayores diferencias se dan en las legumbres, que son tres veces más caras que las no ecológicas (un 217% más), los cereales y el desayuno, que cuestan un 155% más, y las pastas y las carnes, que doblan el precio a las opciones no ecológicas (106% y 100% de diferencia, respectivamente).

Las diferencias más pequeñas se dan en las conservas de pescado, que son un 42% más caras, la leche, un 38%, y el aceite de oliva, cerca de un 30%.

Si nos fijamos en los productos individualmente, las galletas de avena ecológicas son cuatro veces más caras (un 315%), el pan de molde cuesta un 290% más y el salmón fresco un 213% (47,6 euros el kilo, frente a 15,2).

En el otro lado, las menores diferencias se observan en el aceite de oliva virgen extra, que es un 30% más caro en su versión sostenible, y en los filetes de ternera, un 27%.

En el análisis por cadenas de supermercados, la mayor diferencia entre la cesta ecológica y la convencional la aplica Carrefour, donde la primera es un 133% más cara que la segunda, seguida de Alcampo (un 85% más cara). La menor diferencia de precio se da en Lidl, donde la cesta sostenible cuesta un 54% más.

Según ASUFIN, el precio hace que los consumidores no opten más por productos ecológicos, pese a que “en las encuestas, se manifiestan, en un elevado porcentaje, dispuestas a pagar un precio superior por un producto mejor en términos de sostenibilidad”.

La asociación señala que en el actual escenario de inflación, “la reducción del poder adquisitivo obliga, cuando menos, a limitar en qué se 'invierte' ese sobrecoste y optar por ajustes en las decisiones de gasto, inversión y ahorro de los hogares; minimizar la importancia comparativa del factor sostenible sobre todo en determinados productos, priorizar otros factores como por ejemplo los productos en oferta, promociones, etc.”.

La segunda gran barrera para comprar ecológico, según ASUFIN, es la desinformación de los consumidores. “A menudo los reclamos publicitarios hacen imposible reconocer el verdadero valor de un producto y su comparación en términos de sostenibilidad”, dice la asociación en su informe.

A esto se suman “la falta de 'educación nutricional' y la explosión de certificados y logos que, reales y no, pueden llevar a elecciones erróneas aun cuando el propósito de elegir el producto más sostenible se mantenga”.
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