Choque de Santander y UBS con operación cancelada de Orcel

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Lo que mal empieza mal acaba. Ha sido sin duda duro pero la alternativa pudo ser peor. Ana Botín tuvo entereza ante un momento delicado. Aunque se haya querido actuar con prudencia por ambas partes, un marco indudable de choque entre Banco Santander y la entidad suiza UBS.

Una enorme sorpresa en los mercados en el momento en que la City vivía la galerna del Brexit con el tremendo varapalo a Theresa May. Todo ha sucedido en muy poco tiempo. A finales de septiembre de 2018, Ana Botín cerraba con sorpresa el fichaje de Andrea Orcel como CEO del Banco Santander. En plena votación del Brexit en Londres, el grupo anunció la cancelación de lo que era una apuesta personal de Ana Botín. José Antonio Álvarez continuará como consejero delegado y vicepresidente del consejo.

De forma oficial, el Banco Santander anunció la suspensión de la contratación revelando que el coste era inaceptable al tener que abordarse una indemnización de 50 millons de euros. Una gran sorpresa en los mercados financieros y un revés personal para Ana Botín que contaba con Andrea Orcel para una transformación estratégica del grupo. No podrá ser.

El que es el mayor banco de la Zona euro explicó los detalles señalando que, a propuesta de las comisiones de nombramientos y retribuciones, se dejó sin efecto el nombramiento de Andrea Orcel como consejero delegado del grupo”. José Antonio Álvarez seguirá como consejero delegado al frustrarse el nombramiento de Andrea Orcel procedente del grupo suizo UBS, donde era co-consejero delegado de la división de banca de inversión. 

El Banco Santander indicó que "el coste de compensarle por su retribución diferida a lo largo de siete años, y otros beneficios que le correspondían por su puesto anterior, sería una suma significativamente mayor que la prevista inicialmente por el consejo en el momento del anuncio de su nombramiento".

Se subrayó que "sería inaceptable para un banco comercial como Santander hacer frente al coste de contratar a una persona, aunque sea de este nivel y esta trayectoria a la luz de los valores de la entidad y de la responsabilidad que tiene con sus stakeholders y las sociedades de los países en los que opera".

La propia Ana Botín, como presidenta del Banco Santander, reconoció que pese a haber sido una "decisión difícil, hemos tomado la correcta".

Explicó que se debía "sopesar el alto coste de contratar a un profesional, aunque sea alguien del talento de Andrea Orcel, a quien había que compensar la pérdida de siete años de salario diferido, con nuestra cultura corporativa, que implica compromiso y responsabilidad con nuestros empleados, clientes y accionistas".

Para Ana Botín, el momento más duro de su mandato. Para el Banco Santander, una situación delicada para la reputación porque se había subrayado lo esencial que era este nombramiento en los nuevos planes estratágicos.
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