Angela Merkel no quiere una crisis de Mohamed VI con Felipe VI

Compartir en:
fjrigjwwe9r1_articulos:cuerpo
A la canciller de Alemania, Angela Merkel, le preocupa tanto la división en los aliados europeos sobre la cuestión crítica de la política migratoria como el avance de los populismos sobre estas brasas.



Viajó a la cumbre de Sanlúcar de Barrameda con varias cuestiones abiertas. Ha querido lo primero escuchar en directo a Pedro Sánchez. Desea tener de nuevo teléfono rojo con La Moncloa. España es un escenario fundamental para la Unión por el éxito de las reformas del gobierno de Mariano Rajoy, el peso en los debates del Brexit, y la necesidad de su estabilidad política.

La canciller sabe muy bien -porque es un tema que se conoce a fondo en la Cancillería- que la relación entre Madrid y Rabat no es fluida desde la moción de censura que derribó a Mariano Rajoy. Marruecos canceló la visita de los Reyes y también la del presidente del Gobierno. Está ejerciendo nueva presión sobre Melilla. Y ha dejado crecer la inmigración irregular hasta cotas alarmantes.

Alemania no desea presión sobre España ni tampoco una crisis política, que sería muy delicada, entre Mohamed VI y Felipe VI. El primer objetivo de la canciller, en esta cumbre, pivotó sobre el apoyo al Gobierno de Pedro Sánchez y el reconocimiento a la cuestión abierta en torno a Marruecos. Tras cerrarse las rutas de Turquía y Libia. la Comisión Europea debe tener muy en cuenta la importancia de las ayudas a Marruecos de forma profunda.