Ángel Garrido, alternativa antes del colapso en el caso Cifuentes

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Para Mariano Rajoy, el caso Cifuentes es especial. No es una cuestión de corrupción política sino de convergencia de tormentas y errores. El presidente lo diferencia de tres escenarios candentes y complejos:

1. Clima electoral. Hay una batalla general en torno a Cristina Cifuentes. Envuelve incluso al Partido Popular. El presidente del Gobierno distingue entre la calidad humana de la presidenta (de la que no duda): sus errores y aciertos (en un momento en el que la sociedad reclama conductas públicas ejemplarizantes); el ambiente abierto de lucha política electoral en Madrid (Comunidad y Ayuntamiento); el pacto de Gobierno de Partido Popular y Ciudadanos; los intereses generales de los electores en este distrito político de tanta importancia; y la trampa preparada por Pedro Sánchez a Albert Rivera.

2. La negociación de Presupuestos. Un segundo asunto sin conexion a esta crisis se centra en la negociación de los presupuestos generales del Estado del 2018.

3. La fuga de Puigdemont. Por último una tercera cuestión, que es de gran importancia, y es ajena a las dos anteriores cuestiones (en opinión del presidente del Gobierno), pivota sobre Carles Puigdemont y la decisión de los jueces del tribunal de Schleswig-Holstein.

Tanto entre el círculo de poder en La Moncloa, como en la cúpula del Partido Popular, Mariano Rajoy advierte de las crisis que avanzan en paralelo pero no son convergentes. El presidente desea que la situación en la Comunidad de Madrid se desenvuelva de forma responsable, aunque con final inevitable que será de dolor y amargura personal.

Los enemigos políticos de Cristina Cifuentes, que han sido y son muchos, la llevaron al pantano del Mastergate. Ha supuesto, aunque a ella le sea difícil admitirlo todavía, el final de su carrera política.

Cristina Cifuentes podría querer presidir los actos del Dos de Mayo como despedida pactada o en actitud desafiante. No se descarta que hasta el último momento se mantenga en su decisión de no dimitir y retar a Ciudadanos. Pero en La Moncloa se confía en un acuerdo razonado, pensando en los intereses generales de la Comunidad de Madrid, entre el Partido Popular y Ciudadanos.

En ese escenario está emergiendo con su propia personalidad la figura del consejero y número dos de Madrid, Ángel Garrido. Portavoz y mano derecha en el Gobierno regional y secretario general del Partido Popular de Madrid.

Con una trayectoria en CDS, con fidelidad y respeto a la figura de Adolfo Suárez, comenzó su carrera política en 1995 en Pinto y después en Madrid en 1999. Nacido en Madrid en 1964, es ingeniero de Minas. Concejal de Pinto en 1995, y en Madrid de Villa de Vallecas, Latina, Chamberí, Usera y Retiro. En 2011, nombrado presidente del Pleno municipal. En 2015, diputado regional y portavoz del Gobierno autonómico.

Se trata de una persona culta y sosegada, gran amante de la tecnología. Un lector de fondo de Borges, que refleja mucho su espíritu. Political incorrectness ha sido el blog que ha reflejado su personalidad de hombre de centro. Puede convertirse en el protagonista de la alternativa antes del colapso.


 
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